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domingo, 26 de noviembre de 2017

Libros sí, granaderos no

NOCHE DE HORROR EN TLATELOLCO

La tarde del 2 De Octubre de 1968, se reunían en la plaza de las tres culturas de Tlatelolco, miles de estudiantes, para manifestarse de las acciones que había tomado el Presidente Diaz Ordaz.
El ejercito, al igual que en otras manifestaciones, vigilaba que no hubiera ningún altercado, ya que el Gobierno tenia miedo de que asaltaran La Secretaria de Relaciones Exteriores.
Por su parte miembros del Batallón Olimpia, se infiltraban entre los ciudadanos con una característica; un guanto blanco en la mano izquierda.
Después de que dos helicópteros pasaran y lanzaran dos bengalas; una de color verde y la otra de color rojo, para que los francotiradores y los del Batallón Olimpia abrieran fuego en contra de los estudiantes y los soldados, para hacerlos creer que estos eran los atacantes.
Los soldados reaccionaron y trataron de detener el "ataque de los estudiantes", pero era tal la confusión que terminaron disparando hacia los manifestantes que se encontraban ahí. 
Muchos manifestantes que lograron escapar del tiroteo se escondieron en algunos departamentos de los edificios aledaños, pero esto no detuvo a los miembros del ejército, que -sin orden judicial- irrumpieron en cada uno de los departamentos de todos los edificios de lo que conforma la Unidad Tlatelolco, para capturar a los manifestantes.
Horas después, la plaza estaba llena de cadáveres y personas heridas.
Los estudiantes fueron llevados a culatazos a dos lugares: las puertas de los elevadores del edificio Chihuahua, donde fueron desvestidos quedando solamente en ropa interior y golpeados, y al exconvento situado al lado de la Iglesia de Santiago-Tlatelolco, donde reunieron a aproximadamente 3000 detenidos
Otros fueron desnudados en las paredes del convento, donde un mes después aún podían ser vistas manchas de sangre en los muros –entonces– blancos de la construcción.



Esto fue sin duda alguna uno de los actos de represión que mas ha marcado a México.
“Soldado no dispares, tú también eres pueblo”. 

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